¡Jajaja! ¡Allá va la historia de mi despedida de soltero! No sé si estoy más emocionado o avergonzado al contarlo, pero vamos allá.
Corría el año 2008, un sábado que nunca olvidaré: el 26 de abril. El equipo completo desde Zaragoza desembarcó en La Pirámide de Cambrils, un lugar que prometía ser el epicentro de nuestra locura. Pero, ¿sabes qué hicimos primero? ¡Montamos a caballo! Sí, como auténticos jinetes en busca de diversión. ¡Fue hilarante!
La Pirámide era una discoteca en un camping, y te juro que estaba repleta de despedidas de solteros y solteras. Había un ambiente que solo se puede describir como una mezcla entre circo y parque de atracciones. ¡Y cómo no participar en los juegos interminables y alocados que organizaban en el escenario! Ahí estaba yo, metiéndome de lleno en todo el jolgorio.
Pero, ¡espera! La cereza del pastel fue la grabación de toda esta locura. Pere Pons y su fiel camarógrafo Oscar Salcedo nos seguían por todas partes, como si fuéramos estrellas de una película. ¡Qué recuerdos!
La cena fue una montaña rusa de risas y juegos, y luego la discoteca, ¡ni te cuento! No sé si fue la música, las risas o las copas, pero acabé cantando a todo pulmón con mis amigos y con un grupo de chicas igual de «alegres» en el autobús de vuelta a Salou. ¡Menuda fiesta!
Terminé esa noche como una cuba, ¡literalmente! Cantando a voz en grito en el autobús, con la melodía de nuestras tonadas aún resonando en el aire. Y claro, ese vídeo que documenta toda esta locura es un tesoro que guardamos con cariño.
Así que esa es la historia de mi despedida de soltero, una experiencia que me hizo prometerme a mí mismo: «Nunca más beber tanto… o al menos hasta la próxima vez». ¡Qué noche, qué recuerdos! Os recomiendo la Millor Farra fiestas temáticas para despedidas en Salou